Hola, mi nombre es Anna. Tengo 21 años.
Nadie nos ha dicho que la vida sea fácil. Siempre hay pequeñas piedras en nuestro camino que sirven para enfortalecer a medida que se van superando. Con tan solo 20 años hubo una piedra que me cambio la vida completamente...Me diagnosticaron parkinsonismo juvenil. Aceptar que esta enfermedad te va a acompañar toda la vida no es nada fácil, pero en cuanto antes se acepte mucho mejor. A mi me llevó meses entender que mi vida había cambiado para siempre.
Nunca me había imaginado que una enfermedad como esta pudiera aparecer en personas tan jóvenes.
Soy una persona bastante débil y con poca confianza en mi misma, soy muy abierta y sociable, pero hablar de todo esto me cuesta muchísimo. No me gusta contar que tengo una enfermedad, no quiero que la gente me vea como un bicho raro. Pero a medida que pasa el tiempo, me he ido dando cuenta de que encerrarse en uno mismo no sirve para nada, esto es algo que uno no puede llevar solo. No es tan malo tener que pedir ayuda, las personas que nos quieren siempre están dispuestas a ayudarnos.
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